martes, 3 de enero de 2012

Are Holen es un hombre de extremos, investiga los efectos de la meditación

Are Holen es un hombre de extremos, investiga los efectos de la meditación, relajación profunda y el estrés postraumático. Fue requerido por el gobierno de Estados Unidos tras el ataque a las Torres Gemelas y en Tailandia tras el tsunami para colaborar con el tratamiento psicológico inicial de los afectados; y ha trabajado como investigador en la Universidad de California. En 1966 creó la escuela ACEM, una organización voluntaria sin ánimo de lucro, un método no religioso de meditación y de mejora personal desarrollado por médicos y psicólogos que tiene actividades en diversos países, incluido España. Los estudios científicos realizados
Are Holen es experto en estrés postraumático y creador de un método de meditación. Tiene 54 años. Es noruego. Casado y con dos hijos. Licenciado en Psicología, doctor en Medicina y especialista en Psiquiatría. Profesor de Neurociencia en la Universidad de Trondheim. La educación es la herramienta para la prosperidad de un país. Cree en un Dios no punitivo. En 1980, una plataforma petrolífera entre Inglaterra y Noruega se hundió. De 212 personas sobrevivieron 89, a las que ve cada año.

Se ha pasado años investigando el estrés postraumático tras situaciones de desastre y ha comprendido que hay que atender a las personas en el momento inmediato a la catástrofe, porque con el estudio inicial se puede saber cuál será su evolución y qué tratamiento debe seguir cada cual.

Por lo general, al enfrentarse a la muerte, las personas aprecian más la vida, los amigos y las actividades de ocio, y se preocupan más por su familia.

Empezó a hacer yoga y meditación a los 16 años, un año después de que su padre, también médico, enfermara. La meditación lo conectó con su interior, con la comprensión de las emociones. Le resultaba fascinante desde el punto de vista existencial.

Siendo todavía estudiante, creó la escuela internacional ACEM, dos años antes del 68, así que había muchísima gente que quería aprender y crecieron muy de prisa. Su método no se basa en ninguna fe religiosa ni filosófica; se explica en términos científicos y siempre en el contexto de la psicología moderna.

Ha realizado una serie de investigaciones, todas publicadas en revistas científicas, que intentan averiguar qué hace que la técnica de la meditación funcione.

En un principio, en los años 60, se investigaron y reconocieron los cambios fisiológicos que provoca la meditación: descenso de los latidos cardiacos, de la frecuencia respiratoria, de la tensión muscular y arterial, y disminución del consumo de oxígeno.

El año pasado publicó una serie de artículos en los que se demuestra que las ondas cerebrales durante la meditación, muestran relajación pero también procesamiento psicológico.

Cuando se medita, partes concretas del cerebro emiten ondas theta, que alivian el estrés y a largo plazo producen una sustancial reducción de la ansiedad; aumentan la habilidad mental, impulsan la imaginación y la creatividad; reducen el dolor, producen un estado de euforia y estimulan la secreción de endorfinas.

Ponen a las personas en contacto con recuerdos que habían rechazado y que estaban en el fondo de ellas mismas, emociones fuertes, traumas olvidados, de manera que permiten limpiar o unificar esa memoria.

La meditación transforma el cerebro. Cómo nos vemos, cómo vemos a los demás, cómo nos relacionamos, todo eso cambia con la meditación. Investigaciones recientes demuestran que las personas que meditan tienen más gruesa la capa de la corteza cerebral. Otro estudio demuestra que los meditadores viven más años.

Con la meditaciòn baja el estrés, baja el cortisol y se eleva el sistema inmune, y afecta también a una serie de sustancias que controlan las células tumorales. Afecta al sistema inmune, anticancerígeno y al corazón.

El método ACEM se enfoca en un sonido que se repite internamente y que no tiene ningún significado, y no concentra la atención en ningún punto, sino que deja pasar los pensamientos. Se trata de no intentar conseguir relajarse: el cerebro lo hace sin pretenderlo, como un reflejo, no como una meta.

La relajación permite que temas personales no resueltos afloren a la conciencia; entonces se pueden resolver, pero no de una forma intelectual, sino a través de la actitud, que hacen ver las cosas de manera diferente. La meditación permite que cierta cantidad de creatividad se manifieste.

Es posible que se manifiesten partes de nosotros que nunca antes se han utilizado, que se han descartado por las elecciones de la vida.

Existen muchas similitudes entre el psicoanálisis y la meditación; la diferencia es que en el psicoanálisis se habla.

La meditación actúa en niveles más profundos, en lo preconceptual. En el psicoanálisis se puede hablar durante horas y no cambiar nada, pero cuando consigue adentrarse en capas profundas conecta con la meditación y llega al mismo punto.

La meditación está más disponible para todo el mundo, incluso para quien está muy ocupado.

Con treinta minutos dos veces al día se consiguen cambios de la personalidad.

"La meditación transforma el cerebro a largo plazo"

Sin budas ni incienso
Lola Anguita
Málaga 2.01.2012
 

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